Sus creencias acerca del dinero lo guían sobre cómo gastar su dinero. Piense sobre sus creencias financieras. ¿Se basan en hechos? En nuestro ejemplo, el tener dinero en su cuenta bancaria probablemente le hará sentirse seguro. Sin embargo, el dinero, por si sólo, es rara vez la llave a la felicidad duradera. Hará mejor uso del dinero si sus creencias están basadas en hechos.